la casa prefabricada en la pradera

es hora de dejar de lamentarnos impotencia
repitiendo profesias devastadoras
que nos inoculan por nuestro
canal de cable como un mantra
para convencernos que no hay nada por hacer,
que ya está todo hecho, que no hay cambio posible,
que el fin es inminente, que el tsunami, que los mayas,
que el dosmildoce, la gripe aviar, el tamiflú de donald rumsfeld,
la central nuclear de fukushima, lehman brothers, la crisis de la bolsa,
la tragedia griega, la abjuración de zapatero, las torres gemelas, osama
bin laben, obama, el presidente pacifista de guantanamo, irak y libia, será
que habrá que volver a creer, que deberemos revisar dogmas y doctrinas,
dejar de lado juicios y prejuicios cuestionables, será que habrá
que volver a pensar en el futuro sin temer a moloch y desafiar
las maquinarias destructoras, los aparatos, la burocracia

una casa prefabricada montada una mañana de sábado
en la pradera, alertó, como un fuego que amenaza
ser incendio, al vecindario del rincón de lobos

escribiremos y la legislación será poesía