los primos grandes del frente para la victoria organizaron una caravana de fin de campaña y nos invitaron.
salimos de su unidad básica en el down town de el hoyo y encaramos por la ruta nacional 40 (ya dijimos, la columna vertebral de la república). al llegar a la ruta encaramos para el sur en lo que parecía ser una estratégia abierta en manos de la intuición de teo, el candidato a intendente. al sur está el pedregoso, la casita de la mamá de teo, varias chacras chicas y grandes, un par de aserraderos y el parque industrial.
hicimos los diez kilómetros hasta donde por una alcantarilla cruza la ruta el arroyo pedregoso, el limite de nuestro egído municipal con epuyén , el mismo que le da el nombre al barrio.
eramos cuarenta y cinco autos diversos, siete camiones volcadores, tres traffics y alguna camioneta.
los primos del frente para la victoria tenian globos blancos y celestes en los techos, en las puertas, los baules. nosotros, afiches verdes y amarillos en las lunetas.
todos cada tanto teniamos espasmos bocineros de
ta ta ta, ta taaa
ta ta ta, ta taaaaa
similares a los que se percute cuando gana algún partido el club de los amores,
menos intensos que cuando alguno sale campeón.
pasando la puerta de la casa de la mamá de teo corcoveaba un potrillo ruano, atado y loco.
volvimos ruta 40 rumbeando al norte hasta el puente de salamín, lo cruzamos y la caravana se interna en el rincón de lobos. a la altura de la chacra de damian silva tres caballos alazanes nos empiezan a acompañar. llegamos al puesto sanitario del fin del recorrido. al dar la vuelta un zaino oscuro se para de manos y salta. relincha muy fuerte y vuelve a saltar.
pienso que a la mañana escuché a mario breide, el candidato opositor, explicando porque habia solo caballos en las fotos de su campaña, Según una encuesta del INDEC, dijo el candidato, el cincuentayseis porciento de la población de el hoyo es rural y a la gente de campo le gustan los caballos, no le gustan las computadoras...
yo recordé los cuentos de conjuros
y al seguir viendo caballos en nuestro recorrido me empecé a preocupar.
del rincón fuimos al desemboque, de ahí a la bolsa de gatos (rincón currumahuida) y de ahí al centro. caballos por todos lados.
al final, en el mallín de la bajada del viñedo, una vaca empantanada.
a la noche cerramos con una choriceada en el desemboque.
cuando entro al quincho de hernán y en la pared del fogón veo el dibujo de un caballo, vuelven a mi mente persecutas de conjuros
se me acerca lalo valenzuela y me pregunta, Seguis teniendo el malacara?,
Si, Tiene treintaydos años, le digo.
¿Seguis andando?
Si, claro, no en el coirón (el malacara),
Ahora ando en el tornado (un oscuro patas blancas)
a la mañana siguiente cristian me dice que me va a prestar el lucero por un par de semanas,
Para que disfrutés un caballo bien amansado, dice
hoy a la tarde en el receso de antes de las elecciones se me acercó el tornado
sin pilcha ni nada lo monté, me tiré para atras y con mi cabeza apoyada en sus cuartos traseros vi el valle, las montañas dados vueltas, vi el cielo abajo y entendí,
lo que nos gusta son los caballos no por el INDEC ni sus porcentajes raros
nos gustan porque son lindos,
huelen bien,
nos quieren
y verlos inspira libertad.
sábado, 15 de septiembre de 2007
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